
El respeto y la humildad, (謙虚, Kenkyo en japonés) son dos valores que los japoneses aprenden desde pequeños. Son rasgos característicos de su cultura y a veces pueden ser vistos por el pensamiento occidental como algo que se pone en práctica al extremo.
Nuestro post de hoy es sobre esta cualidad japonesa de aprender de humildad en Japón, lo cual es diametralmente opuesto (ocurre con mucha frecuencia) a los valores que nos enseñan en nuestra cultura occidental, donde desde el colegio nos inculcan que para destacarse hay que mostrar los resultados, ser el más sobresaliente y como se dice coloquialmente, ‘sacar pecho’.
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En Japón prima lo colectivo sobre lo individual. Desde el empresario más importante a la persona más sencilla se saluda con la misma amabilidad sin importar qué presidente o qué barrendero esté frente a uno. Si hay que dejar limpia la calle, se toma la escoba sin que importe de quién se trate. Y eso que no hay suficientes barrenderos ni cestos de basura en Japón en el espacio público, sin embargo todo se encuentra perfectamente aseado.
En el país del ‘Sol Naciente’ hay que ser humilde y eso se aprende así sea por las malas. Incluso puede sonar injusto para los trabajadores occidentales, pero los jefes no felicitan a sus empleados, no por ser maltratadores sino porque la humildad y el respeto japonés dicta que las personas mayores y los rangos de mayor jerarquía no se les puede contradecir, aunque no tengan la razón. Es por eso que no se felicita a un trabajador por una buena idea o por hacer bien su trabajo. Se supone que si están ahí es porque les interesa trabajar dando su mejor esfuerzo.
Para comportarse bien en Japón hay que ser modesto. Por eso es común que sin importar la esfera social, el talento de una persona, los estudios o el trabajo de un individuo, los japoneses deben comportarse todos la forma más modesta. Dentro del KoriTeam tenemos interiorizados esos principios y sin importar que estés terminando una carrera de mercados (como ocurre con Jose Luis, uno de nuestros meseros), o que seas médico de día y recibas nuestros clientes en la tarde o noche (como nuestro Julián, que incluso se pone a lavar los platos si hace falta), nos tratamos entre nosotros y con los clientes de la forma más respetuosa y modesta.
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Dentro de nuestra empresa también hemos adoptado esa filosofía japonesa. Si alguna vez puedes hablar en español con un japonés, no importa si estás en Okinawa o en Tokyo y elogias que su acento es muy bueno y que lo aprendió demasiado bien, te lo negará una y otra vez, hasta decir que aún le falta mucho, que no sabe lo más importante, entre otras excusas.
Es el uso de la modestia y humildad como respuesta a un halago, repetida una y otra vez. Se suele ejemplificar la modestia y humildad con un famoso proverbio: 出る杭は打たれる (deru kui wa utareru): el clavo que sobresale recibe un martillazo. Muchos entienden este proverbio como la importancia de no sobresalir en una sociedad donde el individualismo no está bien visto.
Sin embargo, este proverbio no hace referencia explícita al hecho de que en Japón no se pueda hacer muestra de la individualidad (algo que además cada vez está más presente en la sociedad), sino más bien al hecho de que si sobresalimos en algo provocaremos las envidias del resto de compañeros.
Es tanta la humildad extrema de los japoneses que esa tal vez sea la razón por la cual no se conocen muchos líderes mediáticos nipones. Comparando con las grandes economías mundiales no se sabe mucho de los grandes empresarios japoneses, que los deben haber porque la quinta economía más grande del mundo es Japón. Y para dar un ejemplo, los dos empresarios más conocidos en Japón son el de Sony y Nissan quienes justamente son de origen estadounidense.
En los comentarios nos puedes decir cuándo has sentido que te ha sobrado humildad o incluso si en algún momento de tu carrera o con tu familia te ha faltado ser más humilde. Naturalmente, la invitación que te hacemos es a que conozcas más sobre el trato sencillo de los japoneses que podrán vivir directamente si visitas nuestro Kōri Café Japonés.
